CREER
Todos y cada uno
de los que me estáis leyendo, tenéis el mismo problema, y
es que a menudo no creéis en vosotros mismos.
Todos sabemos ver
nuestros defectos, y sino ya está la típica persona que se empeña en que los
recuerdes día a día. Nos desmotivamos cuando salimos de nuestro mundo ideal y
volvemos al mundo real dándonos cuenta de que no somos perfectos.Pero
nadie es perfecto.
Para mí, el mayor
defecto de una persona es no ver sus cualidades, no ver que aunque tengas 100
cosas malas tienes 200 cosas buenas, las personas que no quieren descubrir lo
que son en su interior y no escuchan a los demás cuando les dicen que lo hagan.
¿Que todos tenemos
defectos? Por supuesto, y no podemos evitarlo porque nosotros somos como somos,
son nuestras cosas, buenas y malas las que nos hacen ser uno mismo, son los
errores que hemos cometido los que nos han hecho llegar a donde estamos ahora.
Errar es humano y rectificar es de sabios: cuanto antes falléis antes podréis
daros cuenta de qué habéis hecho mal y corregirlo.
Todo el mundo
tiene una cualidad que lo distingue de los demás, una cualidad que nos hace
diferentes al resto y nos hace ver las cosas desde otro punto de vista: hay
quien es aficionado a los deportes, a tocar un instrumento, gente que disfruta
tanto leyendo un libro como otro jugando a un videojuego, gente que plasma sus
emociones en fotografías, canciones, poemas, historias... Igual que no hay
nadie perfecto tampoco hay ninguna persona que lo tenga todo malo, que no se le
de nada bien, inevitablemente todos tenemos cosas que se nos dan mejor y cosas
que se nos dan peor, pero son esas cosas que se nos dan mejor en las que tenemos
que centrarnos.
Con todo esto
quiero decir que si os fijáis sólo en las cosas malas y vais por la
vida creyendo que todo os va a salir mal, que no tenéis ninguna opción de hacer
las cosas bien y que no llegaréis a nada, que siempre os compadeceréis de vosotros
mismos y que día a día solo empeoraréis, lo mas probable es que acabe siendo
así.
Tenéis que
aprender que podéis esforzaros todo lo que queráis, pero si no
afrontáis las cosas con vuestra mejor actitud y con optimismo jamás os saldrán
como queréis. La diferencia entre el éxito y el fracaso está en nosotros
mismos, solo nosotros decidimos si estamos llevando las cosas por el buen o por
el mal camino. Aprended todos esta lección:
Si quieres
que el mundo crea en ti, empieza por creer tu en ti mismo.
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